Decía el arquitecto japonés Tadao Ando que “la arquitectura sólo se considera completa con la intervención del ser humano que la experimenta”. Aquí podríamos añadir que la arquitectura pueden ser también muchas otras cosas, pues todo lo espacial conlleva una mirada alrededor, incluso un estado de ánimo. La artista japonesa Millitsuka lleva tiempo observando cómo son los lugares, desde el punto de vista arquitectónico pero también emocional. En estos originales ubica los objetos como si fueran esos seres humanos de los que hablaba Tadao Ando y los convierte en piezas que respiran, que viven los espacios. Con un uso poderoso del color, Millitsuka ha creado un trabajo icónico, singular, que va más allá de la ilustración o lo doméstico. Su perfilada manera de trabajar cada pieza, con mimo, con detalle y artesanía, la convierten, de manera inmediata, en el relevo generacional del nuevo arte japonés.
Técnica: Gouache acrílico, rotuladores de color para póster y pintura a base de agua sobre papel Kent.
Tamaño: 27 x 20,5 cm
Firmada por la artista.
*La pieza se vende enmarcada con un marco blanco especial creado por la artista.
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