Esta obra única, es el retrato de un joven llamado Edmund que mira al espectador desde un lugar idílico. El artista Sanz i Vila reflexiona con esta obra sobre la imagen que proyectamos durante la juventud, cuando aún no hemos cometido errores ni actos que puedan hacer que se nos considere buenas o malas personas. Simplemente, a través de su sencillo trazo, enseña que somos individuos viviendo en una burbuja pacífica que nadie pretende juzgar. Es la inocencia extrema, la que nos hace más felices.
Técnica: Acrílico y tinta sobre papel Guarro Basik 370gr
Tamaño: 35 x 50 cm
Firmada por el artista.
*Esta pieza se vende enmarcada.
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