La ilusión pop de María Herreros

 Vogue March 1965

Entre lo bello y lo grotesco camina la obra de María Herreros (Valencia, 1983). Trabaja con ilustración, cómic u obra personal con un estilo marcado por la deconstrucción del individuo de manera física, para mostrar realidades nuevas, alteradas, que iluminen el alma de quien se posa tras el trazo de esta artista. El instinto es su línea argumental, el de ella como creadora y el de lo que refleja.

Licenciada en Bellas Artes y postgrado en Ilustración Profesional, ha expuesto en galerías de EE UU, España, Canadá, México, Polonia, China, Chile o Portugal, entre otras. Fue seleccionada por la editorial Taschen para su almanaque internacional sobre ilustración, Illustration Now! 5, y ha publicado para editoriales como Lunwerg (Marilyn tenía once dedos en los pies) o De Ponent (Fenómeno). Su obra ha aparecido publicada en medios como SModa de El País, Vein, YoDona de El Mundo, La Vanguardia, Cinemanía o Minchô, y ha trabajado para firmas como Reebok, Asus, Coca Cola, Amnistía Internacional o Mahou.

Su iconografía camina entre los felices años sesenta, el pop y la antropología contemporánea. Para Herreros lo imperfecto resulta bello.

Para Gunter Gallery, María Herreros se presenta con dos obras. Vogue May 1975, la interpretación de la famosa portada que la modelo Jerry Hall protagonizó y que la convirtió en un icono de esa década. “Lo caduco de la definición de belleza y, a la vez, lo permanente, se revelan en las tapas de la biblia de la moda desde 1892. Siendo los límites de lo bello la base de mi trabajo, siempre me han fascinado las portadas de Vogue y me he servido de ellas numerosas veces en mi obra como vehículo para retratar el tiempo, los gustos, la sociedad”, afirma Hereros.

La otra serigrafía de edición limitada es Vogue March 1965, otra mítica portada de la cabecera británica, protagonizada por la modelo Marie Lise Gres. Herreros la ha versionado, convirtiéndola en una serigrafía de edición limitada (firmada por ella) y rescatando parte de su impronta sesentera para el siglo XXI. “Las portadas de Vogue son casi una enciclopedia temporal de la tendencia estética, los ídolos del momento y hasta del contexto cultural”, asegura Herreros.

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